























































En el tube el Marco coleccionaba caras de diferentes países, quedó fascinado con la cantidad de culturas, en tanto, que la Tostadora practicaba el mejor de sus ingleses preguntándose por qué todo el mundo con tan solo una frase sabía que era española. Quedaron cansados de tanta Kate, tanta posh y tanto Doherty, descubrieron la NME, ¡genial!, se cansaron de enseñar el ID, (y es que aquí uno parece más pequeño), comieron nuggets, chips por un pound y salieron hasta más no poder. La tarde del Jueves cada cual tomó su ruta, la Tostadora fue a second Hand Shops y no encontró amante alguno, demasiado Punks, demasiado indies, ¡en Londresde todo es demasiado!, pensó; el Marco, después de dedicarle un “Take Care”, al más british style, fue a Saint Martins y vió que en la biblioteca no leen, sino que cosen, cortan y pegan. Se reunieron en el Starbucks de Liverpool Street y se dieron cuenta que quedar en multinacionales no es moco de pavo. Pero la agonía de la búsqueda acabó con un beso inolvidable y nosotros quedamos sorprendidos.
Y mientras ellos decidían si fluir o planificarse nosotros seguimos observando estas realidades enmarcadas, viendo que las historias están dentro de otras historias y nos gusta, como al Marco la Tostadora y a la Tostadora, esta vez, no sabemos quien, pero tú… ¿en qué te fijas?