Enmarcando "La capi"

Enmarcando la realidad de la Capital: el marco y la tostadora en Madrid



Al Marco y la Tostadora les gusta empezar el verano perdiéndose en la búsqueda de vacaciones, ideas para nuevas experiencias y planes de futuro inmediato. Por el camino de estos pasos soñados deciden conquistar Madrid. Así que llaman a unos amigos, encuentran donde dormir, cogen los bártulos y alé, ¡para la capi!

Llegan a Madrid, esta ciudad con calles anchas, donde las paradas de metro están bastantes separadas, así que si andan de una a otra acaban con agujetas. Salen por Chueca y se encuentran en medio de las fiestas del orgullo gay y dentro de todo el jaleo la Tostadora tercia a la reflexión y recuerda a la Naranja que conoció ahora hace un año en Valencia. El Marco está asustado, pero cada vez todo le parece más normal.

Quedan fascinados por la cantidad de instituciones, por el calor que se cuece sin olor a mar y la diferencia entre las zonas. Pasean por la Castellana, visitan el Museo Reina Sofía y beben tinto de verano. Encuentran personajes, se sientan en el tejado de La Casa Encendida y toman té en Lavapiés, que les recuerda al Raval.

Mientras nosotras nos acomodamos y nos damos cuenta que nos gusta este mundo al revés, donde el Marco es el protagonista anónimo que no entiende su historia y se deja llevar por el sustento de la Tostadora que cada día que pasa confía más en si misma. Nos gusta como al Marco la Tostadora, y a la tostadora el Higo, ¿pero tú?, ¿en qué te fijas?



[Porque si miramos


fuera... entendemos


por que todo... lo demás


es realidad]






















































Enmarcando Realidades: The frame and the toaster speak in english

Como pasa con los viajes de última hora la llegada y el aterrizaje del Marco y la Tostadora a la capital británica fue dudosa y con nervios. Sin el impulso, la ayuda crucial de un par de amigos, la ingeniería del especialista en atrezzo y las manos de aquel ferretero de Brixton nada hubiera sido posible. Llegaron a London con consejos: no traducir los Pounds a Euros, llevar sobrecitos de café y comprarse la Oyster sólo bajar del avión. Allá alucinaron, millas y millas, caminaron toda la ciudad, de Holborn al Tate, de Nothing Hill al Royal Collage of Art, pasando por la estatua de Peter Pan y del 1001 a la Foundry (con una pequeña parada en la Alhambra, pero eso no se lo digas a nadie, que fue secreto). Y todo esto con sol, luego paraguas, de nuevo sol y al final un poco de nieve, pero sin pasar frío (así que la ropa térmica y el gorrito naranja aparcados, “pá que!”).

































































En el tube el Marco coleccionaba caras de diferentes países, quedó fascinado con la cantidad de culturas, en tanto, que la Tostadora practicaba el mejor de sus ingleses preguntándose por qué todo el mundo con tan solo una frase sabía que era española. Quedaron cansados de tanta Kate, tanta posh y tanto Doherty, descubrieron la NME, ¡genial!, se cansaron de enseñar el ID, (y es que aquí uno parece más pequeño), comieron nuggets, chips por un pound y salieron hasta más no poder. La tarde del Jueves cada cual tomó su ruta, la Tostadora fue a second Hand Shops y no encontró amante alguno, demasiado Punks, demasiado indies, ¡en Londresde todo es demasiado!, pensó; el Marco, después de dedicarle un “Take Care”, al más british style, fue a Saint Martins y vió que en la biblioteca no leen, sino que cosen, cortan y pegan. Se reunieron en el Starbucks de Liverpool Street y se dieron cuenta que quedar en multinacionales no es moco de pavo. Pero la agonía de la búsqueda acabó con un beso inolvidable y nosotros quedamos sorprendidos.
Y mientras ellos decidían si fluir o planificarse nosotros seguimos observando estas realidades enmarcadas, viendo que las historias están dentro de otras historias y nos gusta, como al Marco la Tostadora y a la Tostadora, esta vez, no sabemos quien, pero tú… ¿en qué te fijas?